sábado, 9 de marzo de 2013

'El café' de Fassbinder en el Teatro de La Abadía

MADRID - OCIO

Este café genera risas, reflexión y cinismo. Todo ello, representando en un grupo de oportunistas dados a los vicios y las malas compañías, con el que Rainer Werner Fassbidnder saltó al teatro underground. Hasta el 31 de marzo, el Teatro de La Abadía abre sus puertas a esta sátira social de la mano de Dan Jemmet, cuyos espectáculos se caracterizan por una proyección internacional.




1 comentario:

Anónimo dijo...

Impresionante...que semejante bodrio reciba buenas críticas. Esto es como el traje nuevo del emperador. ¿Como es posible que nadie se atreva a decir que esta obra de Fassbinder (o esta traducción en particular, o esta producción en particular, ya no sé que pensar) es una tomadura de pelo, pretenciosa, insoportable y ridícula? Esta gente tiene muchos amigos, no?
Esa obra, esa dirección, por dios, esos actores declamando a voces a la audiencia en lugar de entre ellos, esos diálogos (?) estúpidos, artificiales, inconexos y carentes de sentido, que parecen generados por un traductor automático, esa historia que no intenta ni siquiera ser coherente, ni implicar al espectador, ni denunciar nada. Esa cantinela de la conversión de divisas (ej. me costó "x cequíes que son x, dolares, x yenes, x pesos, x..., x...., x euros") repetida al menos 50 veces! a lo largo de la obra, esos silencios de más de un minuto! en el tercer acto que te hacen sentir imbécil por haber pagado 25 euros, que te hacen querer largarte del teatro haciendo ruido y un gran corte de mangas...
Impresionante que la sala estuviera a rebosar de gente (muy prudente y educada, por cierto) que se lo pensará dos veces la próxima vez que se plantee pagar 25 euros por ir al teatro. Gran labor en pro de la industria de la cultura en estos tiempos de crisis.
No me extraña que los actores no salgan a saludar al final. Posiblemente tienen una combinación de miedo a que les tiren cosas y bochorno por haber infligido a un teatro entero semejante tomadura de pelo. ¿Cómo es posible que los actores se jueguen el sueldo con esta obra? Hay que tener mucho valor y ser muy inconscientes…
¿Por qué? Por qué gastar energía actoral, local, tiempo, despliegue mediático etc... en ESTO? ¿Es que no hay miles de obras de teatro que valgan la pena, a las que dedicar meses de tu vida y tu energía? Qué cadena de disparates puede hacer que un director, un productor, un grupo de actores y el Teatro Abadía, accedan todos ellos a emplear sus medios en ESTO?